miércoles, 3 de octubre de 2012

LA PERICORONITIS: QUE ES Y COMO SE TRATA


La Pericoronitis es una hinchazón roja de los tejidos blandos que rodean el corona de un diente que ha crecido en sólo parcialmente (erupción). La hinchazón va de suave
a firme. Se puede evolucionar hasta convertirse en una perilla- como la masa de tejido que es muy doloroso al masticar o abrir y cierra la boca. Se presenta con mayor frecuencia alrededor de los terceros molares  (Las muelas del juicio), pero puede ocurrir en la base de cualquier diente que no ha crecido completamente.
Es más común en los adolescentes y los jóvenes adultos, y puede causar dolor severo, hinchazón y drenaje espontáneo de la infección. Pericoronitis resultados de una infección bacteriana causada por bacterias estafilocócicas o estreptococos, o ambos. La condición es a menudo causado cuando hay una acumulación de placa y / o el sarro en el diente, o partículas de alimentos atrapadas en los tejidos circundantes encías. En los casos graves, pericoronitis puede causar dolor intenso, fiebre, un aumento en el número de células blancas de la sangre, y la fatiga general. La infección es capaz de propagarse a los tejidos circundantes. Esto resulta en celulitis, una muy grave, a menudo infección potencialmente mortal que debe ser tratada rápidamente para evitar propagación y posible inflamación de las vías respiratorias
 
Tratamiento:

El tratamiento para los síntomas leves de pericoronaritis (dolor espontáneo, hinchazón localizada, purulencia / drenaje, mal sabor) es el riego. Los principales síntomas de pericoronaritis (dificultad para tragar, inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre, apertura bucal limitada, celulitis facial / infección) generalmente se tratan con antibióticos. En la mayoría de los casos, los síntomas se repiten y el único tratamiento definitivo es la extracción. Si no se trata, sin embargo, las infecciones recurrentes son probables, y la infección eventualmente puede extenderse a otras áreas de la boca. Los casos más graves son tratados en un hospital y pueden requerir antibióticos intravenosos y cirugía.
La eliminación de la muela del juicio (extracción) debe ocurrir en un momento cuando la fase aguda o "infección" no está presente, como la extracción de este diente durante el tiempo de la infección aguda / dolor puede hacer que la infección se extienda a todo el área peligrosa la garganta. Por lo tanto, un dentista por lo general va a limpiar el área y / o prescriben antibióticos y esperar a que se calme hasta la programación de la extracción de la misma.
Pericoronaritis puede ser manejado con locales desbridamiento y cálidos enjuagues de agua salada. Se debe desaparecer en aproximadamente una semana. Sin embargo, si el diente no es completamente entran en la boca y alimentos y bacterias guarda la formación debajo de la encía, pericoronitis será más que probable retorno.
Pericoronitis no causa ningún efecto a largo plazo. Si el diente afectado se retira o estalla lleno en la boca, la condición no puede volver.
Pericoronitis asociada a terceros molares impactados


Una de las condiciones más comunes que encontramos en nuestros pacientes es el dolor agudo asociado a la erupción de las terceras molares o cordales.  Por definición, la pericoronitis es una inflamación del tejido gingival alrededor de una pieza dental.  Aunque esto le puede suceder a cualquiera de los treinta y dos dientes que tenemos en nuestra cavidad oral, es mucho más común en los cordales mandibulares parcialmente erupcionados.  Es muy importante recalcar, que no todos los cordales impactados deben ser extraídos.  El que estén impactados dentro del hueso no necesariamente conlleva un riesgo para la salud del individuo.  Como dato clínico, la indicación más común para extracción de cordales es la falta de espacio para erupción total del diente dentro de la cavidad oral.  Esta falta de espacio es la que hace que la pieza erupcione haciendo un contacto patológico contra las piezas adyacentes y causando reabsorción de piezas sanas.  Todo esto combinado con la anatomía angulada de la mandíbula, hacen de los cordales mandibulares las piezas que más dolores de cabeza causan en los individuos de entre 17 y 24 años de edad.  
La inflamación gingival conocida como pericoronitis es ocasionada por bacterias, en su mayoría de naturaleza anaeróbica.  En muchos casos podemos apreciar exudados purulentos y halitosis (mal aliento).  Es común ver a las personas afectadas acudir a la farmacia en busca de un remedio instantáneo.  Lamentablemente, estas infecciones de naturaleza polimicrobiana tardan en desarrollarse y, por ende, en sanarse.  Lo más importante es hacer un diagnóstico efectivo y no confundirlo con un simple dolor de muela.  Dentro de los síntomas más comunes y característicos se encuentran dolor al abrir o cerrar la mandíbula, molestia al masticar sobre el área afectada, recrecimiento de la encía sobre la pieza, mal aliento, recrecimiento de nódulos linfáticos en el ángulo de la mandíbula, agrandamiento de las amígdalas, dificultad al tragar, dolor referido al oído y, por supuesto, malestar generalizado.  En ocasiones, el paciente puede comunicarle que se le acumula mucha comida en la encía alrededor del cordal o que su cordal no erupcionó del todo en comparación con la pieza que le antecede.  Es en este momento cuando el profesional debe sospechar que se trata de una pericoronitis asociada a un cordal.
La primera línea de acción es administrar antibióticos efectivos contra los Streptococos viridans, Prevotella intermedia, Fusobacterium y Perphyromonas gingivalis, entre otras.  Para esto es recomendable la prescripción de antibióticos ß–lactámicos.  El más efectivo y seguro es la penicilina con clavulanato de potasio, suplementada en muchas ocasiones con metronidazole.  En aquellos pacientes alérgicos a la penicilina se ha encontrado alta efectividad mediante la administración de clindamicina.  Es muy importante brindar analgésicos potentes mientras el antibiótico comienza a surtir efecto.  Esto no significa que el individuo vaya a experimentar alivio tras el uso de medicamentos.  Recordemos que se trata de una infección localizada con un punto de apertura a la cavidad oral.  Si el paciente no remueve la materia usada por las bacterias (carbohidratos y azúcares de los alimentos acumulados), así como el foco de la infección, es poco probable que experimente un alivio permanente.  Por tal razón, se le deben dar instrucciones a la persona afectada de minimizar el consumo de azúcares y comidas acídicas que propicien el desarrollo de estas bacterias.  Además, se le debe recalcar que  preserven el área limpia mediante el uso del hilo dental y  enjuagadores antisépticos, preferiblemente sin alcohol.
Al tratarse de una infección localizada, el farmacéutico puede dar instrucciones libres de prescripción médica al individuo afectado.  La más efectiva y con muy pocos efectos secundarios es administrar peróxido a presión, usando una jeringuilla de punta plástica, con un lumen lo suficientemente pequeño para penetrar en el espacio formado entre la encía coronal y el diente.  Esta técnica puede producir dolor en la fase aguda de la pericoronitis por lo que se puede suplementar con pomadas anestésicas de indicación oral.  La efervescencia inicial producida por el peróxido es el mejor indicador de que se está combatiendo parte de la infección y tras múltiples dosis se debe experimentar alivio.
Es de vital importancia que se refiera a la persona afectada al dentista o cirujano maxilofacial para certificar el diagnóstico y trabajarlo de la manera más apropiada.  Estas infecciones pueden alcanzar niveles sistémicos peligrosos y ocluir las vías respiratorias superiores.  Aunque algunos clínicos remueven quirúrgicamente la gingiva afectada, las probabilidades de que ésta recurra son altas.  Por tal razón, es preferible extraer la pieza si ésta no mejora tras un detartraje profundo.  Después de todo, no sólo queremos brindar un alivio, sino que deseamos brindar un alivio permanente.
Visite a su dentista, al menos, dos veces al año para que pueda mantener mantener una buena salud oral y prevenir cualquier situación que le pueda causar molestias innecesarias.   

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