En la mayor parte de los países del mundo, la salud sexual y la salud
reproductiva de las personas han emergido como campos de atención a tener en
cuenta en las políticas y programas de salud. Esto expresaría
una preocupación oficial por el bienestar
integral del ser humano, al reconocer a la sexualidad y reproducción como
dimensiones importantes por ser satisfechas para la realización personal, y
también con impactos en el desarrollo económico y social. Como dice Cook et
al., la capacidad o incapacidad de los individuos, y en especial de las
mujeres, de regular y controlar su propia fecundidad afecta la salud y el
bienestar de las personas directamente involucradas, y no tener la posibilidad
de decidir libremente sobre este campo constituye una violación a los derechos
humanos. Además, tiene implicaciones en la estabilidad global y el equilibrio
entre la población y los recursos naturales y entre las personas y su medio
ambiente
.
En las dos últimas décadas, la agenda en
salud a nivel mundial se desarrolla en el marco de las reformas sanitarias y el
Perú no ha sido la excepción. Las estrategias que han sustentado estas reformas
han tenido que ver fundamentalmente con la privatización selectiva, la
descentralización y la focalización.
En el marco de estas reformas, después de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de El Cairo (CIPD) en 1994 se reenfocó el concepto de salud sexual y reproductiva, la misma que fue incorporada como derecho de las personas. Los 184 países que suscribieron el Programa de Acción de la CIPD, incluido Perú, se comprometieron a realizar los esfuerzos necesarios para adoptar las medidas planteadas en dicho Programa.
Hombres y mujeres presentan diferencias en salud, producto de la desigualdad, exclusión o discriminación. Las mujeres tienen una mayor necesidad de servicios de salud, derivada de su función reproductiva y de sus características biológicas. Las causas de enfermedad y muerte prematura en las mujeres son evitables en su mayoría y puede hacerse abordando la injusticia y la inequidad. La mortalidad materna ha sido calificada por la OPS como el reflejo más claro de la discriminación y el bajo status social de las mujeres y es reconocida como un marcador de compromiso de los Estados con el derecho a la salud. La pobreza tiene un mayor efecto sobre la salud de las mujeres debido a que restringe el acceso a los servicios de salud, así como a otros bienes y servicios; lo que es producto de la discriminación. En función de sus bajos ingresos ellas tienen que invertir proporcionalmente más en la atención de su salud
En el marco de estas reformas, después de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de El Cairo (CIPD) en 1994 se reenfocó el concepto de salud sexual y reproductiva, la misma que fue incorporada como derecho de las personas. Los 184 países que suscribieron el Programa de Acción de la CIPD, incluido Perú, se comprometieron a realizar los esfuerzos necesarios para adoptar las medidas planteadas en dicho Programa.
Hombres y mujeres presentan diferencias en salud, producto de la desigualdad, exclusión o discriminación. Las mujeres tienen una mayor necesidad de servicios de salud, derivada de su función reproductiva y de sus características biológicas. Las causas de enfermedad y muerte prematura en las mujeres son evitables en su mayoría y puede hacerse abordando la injusticia y la inequidad. La mortalidad materna ha sido calificada por la OPS como el reflejo más claro de la discriminación y el bajo status social de las mujeres y es reconocida como un marcador de compromiso de los Estados con el derecho a la salud. La pobreza tiene un mayor efecto sobre la salud de las mujeres debido a que restringe el acceso a los servicios de salud, así como a otros bienes y servicios; lo que es producto de la discriminación. En función de sus bajos ingresos ellas tienen que invertir proporcionalmente más en la atención de su salud
En este sentido merece especial atención las
recomendaciones y mandatos que nos comprometen en relación al cuidado de la
salud sexual y reproductiva como derecho de las personas, el mismo que debe
reconocer a hombres y mujeres la decisión si quiere o no tener hijos, a tener
embarazos y partos saludables, a no contraer enfermedades de transmisión sexual
ni ser víctima de violencia y a recibir ayuda para poder engendrar hijos.
La Estrategia Sanitaria Nacional de Salud
Sexual y Reproductiva fue creada por resolución ministerial en el mes de Julio
del 2004.
Qué hace la estrategia sanitaria nacional de salud sexual y reproductiva?
Qué hace la estrategia sanitaria nacional de salud sexual y reproductiva?
La salud sexual y reproductiva están
íntimamente ligadas y son interdependientes. Con esta perspectiva, la s alud
reproductiva se define como el estado general de bienestar físico, mental y
social de las personas y no la mera ausencia de enfermedades o dolencias, en la
esfera sexual y reproductiva. La Salud Reproductiva incluye la capacidad de las
personas para tener una vida sexual segura y satisfactoria para reproducirse
con la libertad de decidir cuándo, cómo y con qué frecuencia hacerlo. Este
concepto implica el ejercicio de una sexualidad responsable, basada en
relaciones de igualdad y equidad entre los sexos, el pleno respeto de la
integridad física del cuerpo humano y la voluntad de asumir responsabilidad por
las consecuencias de la conducta sexual.
La sexualidad y la reproducción son parte
intrínseca de la salud sexual y reproductiva. La sexualidad forma parte de la
vida de las personas durante toda su existencia y se desarrolla a través de los
años, sobre la base del conocimiento, valores, creencias y costumbres de su
entorno social. La sexualidad es una realidad con la que viven a diario todas
las personas, trasciende lo físico (relaciones sexuales); se traduce en las
diferentes formas (conductas) que tienen las personas para expresarse y
relacionarse con su entorno social y constituye una fuente importante de
bienestar y placer tanto físico como mental, pero también constituye uno de los
ejes fundamentales sobre los que se construyen las desigualdades e inequidades.
Mientras que la sexualidad está presente y forma parte de toda la vida, la
reproducción es la capacidad temporal de procrear que tienen hombres y mujeres.
En la mujer, esta capacidad está limitada a los días fértiles del ciclo
menstrual, en el período comprendido entre la menarquia y la menopausia,
mientras que en el hombre esta capacidad es más prolongada.
La atención a la salud sexual y reproductiva es
el conjunto de métodos, técnicas y servicios promocionales, preventivos,
recuperativos y rehabilitadotes, que contribuyen a la salud y al bienestar
sexual y reproductivo de las personas de acuerdo con sus necesidades cambiantes
en cada etapa de la vida.
La calidad de vida y la salud de las personas
están en gran medida influenciadas por sus conductas y comportamientos en la
esfera sexual y reproductiva, por lo tanto la salud sexual y reproductiva
constituye un elemento clave para mejorar la calidad de vida de las
personas.
La estrategia sanitaria de salud sexual y reproductiva en el marco del modelo de atención integral.
La estrategia sanitaria de salud sexual y reproductiva en el marco del modelo de atención integral.
La salud sexual y reproductiva abarca todo el
ciclo de vida de las personas: desde la vida intrauterina, infancia,
adolescencia hasta la edad del adulto y adulto mayor. La salud sexual y
reproductiva de las personas, está en estrecha relación con su entorno
familiar, social y su medio ambiente, para alcanzarla y conservarla se requiere
de acciones de atención integral específicas y diferenciadas tanto de
promoción, prevención, recuperación y rehabilitación en cada una de estas
etapas, debido a que las necesidades en el área sexual y reproductiva son
cambiantes según las etapas del ciclo de vida.
1 comentario:
el bienestar de las personas directamente involucradas, y no tener la posibilidad de decidir libremente, buena info
Publicar un comentario